miércoles, 9 de enero de 2013

"De la esperanza"


"Yo no sufro este dolor como César Vallejo. Yo no me duelo ahora como artista, como hombre ni como simple ser vivo siquiera. Yo no sufro este dolor como católico, como mahometano ni como ateo. Hoy sufro solamente. 

Si no me llamase César Vallejo, también sufriría este mismo dolor. Si no fuese artista, también lo sufriría. Si no fuese hombre ni ser vivo siquiera, también lo sufriría. Si no fuese católico, ateo ni mahometano, también lo sufriría. Hoy sufro desde más abajo. Hoy sufro solamente. 

Me duelo ahora sin explicaciones. Mi dolor es tan hondo, que no tuvo ya causa ni carece de causa. ¿Qué sería su causa? ¿Dónde está aquello tan importante, que dejase de ser su causa? Nada es su causa; nada ha podido dejar de ser su causa. ¿A qué ha nacido este dolor, por sí mismo? Mi dolor es del viento del norte y del viento del sur, como esos huevos neutros que algunas aves raras ponen del viento. Si hubiera muerto mi novia, mi dolor sería igual. Si la vida fuese, en fin, de otro modo, mi dolor sería igual. Hoy sufro desde más arriba. Hoy sufro solamente. 

Miro el dolor del hambriento y veo que su hambre anda tan lejos de mi sufrimiento, que de quedarme ayuno hasta morir, saldría siempre de mi tumba una brizna de yerba al menos. Lo mismo el enamorado. ¡Qué sangre la suya más engendrada, para la mía sin fuente ni consumo! 

Yo creía hasta ahora que todas las cosas del universo eran, inevitablemente, padres o hijos. Pero he aquí que mi dolor de hoy no es padre ni es hijo. Le falta espalda para anochecer, tanto como le sobra pecho para amanecer y si lo pusiesen en la estancia oscura, no daría luz y si lo pusiesen en una estancia luminosa, no echaría sombra. Hoy sufro suceda lo que suceda. Hoy sufro solamente." (Voy a hablar de la esperanza, César Vallejo.)



                

                       "Hoy es siempre todavia", Antonio Machado.



















































4 comentarios:

  1. Que maravilla, tanto el texto como la música !!
    Ese dolor sin saber, sin principio, ni fin ... ese que al levantarnos ya está ahí y que luego, al igual que los ruidos, se queda adormecido, pero cada noche vuelve ... ese es el que yo siento.

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  2. Lo sé, amiga del bosque, lo sé. Un fuerte abrazo!

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  3. Siempre estamos sufriendo por algo, nunca la dicha es completa, yo sí era totalmente feliz cuando vivían mis padres y aún no sabía que otros niños morían de hambre. Precioso el adagio.

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    1. Hola Maritxu; si, es verdad que de niños es cuando somos totalmente felices, aunque tambien hay ratos que sufrimos por cosas de niños, pero sufrimos a nuestra manera. Antes, de niños, son mas los momentos de felicidad que los otros, ahora de mayores, se invierte. En fin, c'est la vie!, el adagio refleja la tristeza que siente el poeta, al menos a mi me lo hace sentir así. Un abrazo!

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