Para que el sonido exista son necesarios tres elementos: a) un cuerpo elástico que pueda vibrar; b) un medio elástico para que se propagen las vibraciones y c) una caja de resonancia para que amplifique esas vibraciones y las haga perceptibles al oido mediantes unas ondas que se propagan por el aire.
En nuestro cuerpo el cuerpo elástico son unas membranas
situadas en la garganta llamadas cuerdas vocales; el medio elástico es el aire
que proviene de los pulmones y la caja de resonancia es todo el conjunto formado
por la caja torácica, la faringe y las cavidades nasales y orales.
Gracias a todo este equipo biológico del cuerpo, nuestra voz
dispone de absolutamente todas las cualidades acústicas de cualquier sonido
instrumental: intensidad, duración y timbre.
Ahora bien, hay una diferencia importante que la separa del resto de instrumentos y es que puede modificar y adaptar la disposición y forma de la caja de resonancia (caja torácica, faringe y cavidades orales y nasales) para cada ocasión de manera que según sea lo que haya que cantar cambia de posición y esto hace que amplie, disminuya o transforme el timbre y la intensidad.
Nuestra voz es la fuente de sonido más antigua del hombre
junto con la percusión. Mediante el canto expresamos nuestras emociones más
intensas: las penas más hondas, las alegrias más sublimes de forma directa, sin
intervención de ningún artefacto. Por eso se puede afirmar que la voz es el
instrumento perfecto y el resto de ellos no son más que “prótesis” con las que
extraer la música del alma cuando no se tienen las cualidades necesarias para
el canto. El mejor elogio para un instrumentista es decirle que canta con su
instrumento.
Bien empezamos la mañana, Toni. Gracias.
ResponderEliminarSi, no sé qué tiene esta melodia que hace que te vengas arriba, verdad?Un saludo!
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